domingo, 12 de junio de 2022

Las mujeres Guerreras Cap 3 Un nuevo mundo

los ojos pichados en sangre de Marcus. Un
fuerte ruido se hizo con el lugar eso hizo que se despertara, ya era de día en
aquel lugar. Ese recuerdo solo había sido un maldito sueño, volvió a mirarse de
arriba a bajo pero su nuevo cuerpo no era un sueño. Al vestirse miro a su
alrededor, era infinitamente verde todo aquello. Solo esperaba que habiendo una
atmosfera respirable encontrara a seres inteligentes o por lo menos que su
muerte no fuera dolorosa. Comenzó a adentrarse por aquel lugar, fue penetrando
en aquellas espesas selvas. Era algo tan desconocido para el ya que jamás había
visto su tierra natal con vida, solo cubierta por hormigón. El sol pegaba con
fuerza al atravesar aquel lugar, en la lejanía podía escuchar extraños ruidos
de animales. Se sentía demasiado indefenso por no tener ninguna arma y mas débil
por ser a hora una mujer. Al pisar una rama sintió como cientos de ojos se clavaban
en el, como algo se relamía al verlo andar. Se paro en seco dispuesto a salir
corriendo con todas sus fuerzas, vio como ese gran monstruo se acercaba a él. Sentía
como esa cosa peluda de cientos de ojos y cientas de garras le olía sin cesar. Sentía
como una asquerosa lengua fue acariciando su delicada piel, sin pensarlo dos
veces cogió su laser del bolsillo. Trago saliva y quemo aquel ser en todo el
rostro, cuando comenzó a gritar sin cesar pudo al fin salir corriendo.

Corrió con todas sus fuerzas por la frondosa selva, apartaba
de su rostro las plantas que le rodeaban. Sus pies se pararon en el principio
del precipicio, se paro en seco al ver la caída. Se resbalo una gota de sudor
por su frente al escuchar como las pisadas se acercaban hacia ella. Una gran
sombra creció ante ella, al querer girarse sintió como la gravedad le atraía al
precipicio. Comenzó a gritar sin cesar cuando caía por la llanura, no dejaba de
rodar, sentía como la tierra le rodeaba sin cesar y como parecía que no tenía
fin su caída libre. Su cuerpo se detuvo y ella abrió los ojos. Suspiro de alivio al poder estar a salvo de aquella bestia y a ver sobrevivido a la
caída. Sus ojos se abrieron como platos al ver aquello, era increíble pero eran
unas enormes ruinas de algo que existió en aquel planeta. Comenzó a entrar
hacia aquel lugar, un sitio con millones de años a sus espaldas. Sus ojos se perdían
en sus grandes murallas y en sus extraños dibujos. Parecía que un ser
desconocido hubiera exterminado con toda la población, un dios borracho de
poder. Todo aquello parecía tan enorme y ella se sentía tan diminuta. Unos extraños
ruidos se escucharon a lo lejos, unos ruidos que rebotaban entre las ruinas de
aquel lugar. Escondida pudo ver un grotesco espectáculo, varios seres vestidos
con disfraces de plumas y huesos tenia atada a una joven. Una cría de unos dieciséis
años, que estaba semidesnuda y su piel estaba manchada de polvo y mugre. 

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