Walter no lo pensó dos veces y le compro las vitaminas al traficante, la primera noche se tomó una pastilla y le dio un cuerpo increíble, algo que él había deseado siempre, a los pocos meses las mujeres le deseaban e iban detrás suya. Vivía en un sueño.
El chico teniéndolo todo, un cuerpo perfecto y musculado, quería tener más y tener un cuerpo más grande más fuerte, más musculoso por eso hizo algo que le habían prohibido, se tomó todas las vitaminas una noche, al despertarse se dio cuenta que algo había cambiado, que era más que un hombre, era una mujer, una mujer musculosa. Esta vez sin poder dar un paso hacia atrás.
Walter a hora Samantha se dio cuenta que no podía volver hacia atrás, pero al menos era una mujer musculosa, no era una mujer delgaducha. Hasta comenzó a disfrutar de ser una mujer, viviendo del ejercicio y del amor entre hombres y mujeres.