jueves, 25 de mayo de 2023

Un cuerpo perfecto

 Walter Smither tiene 18 años, un cuerpo delgaducho y blanquecino, si no te dijera que tiene esa edad por lo bajito que es y lo imberbe, pensarías que es un adolescente. Por eso se apuntó a un gimnasio, quería sacar musculo de donde fuera y al final que le tomaran en serio. Fueron meses muy duros y el pobre chico no sacaba musculo de ningún lado, hasta parecía que estaba adelgazando un poco más, dándole la apariencia de un saco de huesos.  El chico estaba desesperado por ganar musculatura, parecer un hombre de verdad hasta que conoció a alguien que traficaba con drogas, el chico le pidió que le vendiera cualquier cosa para que pudiera ganar musculatura. El camello le vendió unas vitaminas, pero avisándole que la primera le daría el cuerpo que quería, pero si se pasaba con las pastillas se volvería algo muy diferente a lo que quería ser.  

Walter no lo pensó dos veces y le compro las vitaminas al traficante, la primera noche se tomó una pastilla y le dio un cuerpo increíble, algo que él había deseado siempre, a los pocos meses las mujeres le deseaban e iban detrás suya. Vivía en un sueño.  


El chico teniéndolo todo, un cuerpo perfecto y musculado, quería tener más y tener un cuerpo más grande más fuerte, más musculoso por eso hizo algo que le habían prohibido, se tomó todas las vitaminas una noche, al despertarse se dio cuenta que algo había cambiado, que era más que un hombre, era una mujer, una mujer musculosa. Esta vez sin poder dar un paso hacia atrás.  

Walter a hora Samantha se dio cuenta que no podía volver hacia atrás, pero al menos era una mujer musculosa, no era una mujer delgaducha. Hasta comenzó a disfrutar de ser una mujer, viviendo del ejercicio y del amor entre hombres y mujeres.




Cosas de otro mundo Cap 3

 

Me desnudé rápidamente y me senté en la taza del váter, rápidamente me lamí mis finas manos, comencé a masturbarme sin cesar, mientras que apretaba mis grandes senos, era tan agradable y tan excitante, sentir mi nueva y suave piel.

Comencé a gemir de placer con mi nueva voz, tan suave, tan femenina. Sentía como gotas de sudor corría por mi cuerpo, como al mover mi cabeza mi suave y sedoso pelo se movía al son de mi placer.

Sonreí pérfidamente, con mas ganas de seguir masturbándome, hasta que escuche un ruido desde mi habitación, suspire negando con la cabeza y me levante poco a poco, sentía como mis piernas no tenían fuerzas de lo agotada que estaba de masturbarme y me aferre a las paredes, pegando mis grandes tetas, apoyándome en algún mueble. Hasta que pude llegar a mi habitación y pude ver que esta vez el monitor lanzaba una extraña luz.

El pringoso canal 22 cap 4