lunes, 24 de julio de 2023

El pringoso canal 22 cap 13


 

Cosas de otro mundo Cap 12

 


Me giré rápidamente al escuchar un ruido tras de mi y la vi delante mía, Eva Green sentada en su trono, tan desnuda, voluptuosa y sensual ¿Seria la reina de los Orcos?

Ella sonrió al verme allí frente a mí, tan desnuda, con mis senos tan turgentes y grandes, de ombligo perfecto, de caderas nalgas tan carnosas:

-Mmm, mis chicos podrán entretenerme con una violación…

En ese momento sentí un escalofrío del primer centímetro al último centímetro de mi suave piel de mi carnoso y follable cuerpo. Sentí como me bañaba de sudor y como una gota me recorría mi espalda hasta llegar a la raja de mi achuchable, estrujable culo.

Cada uno de los verdosos orcos media 1,90 y tenían cuerpos musculosos, con enormes pollas llenas de venas que les llegaban hasta las rodillas, al intentar moverme una de esas enormes manos me cogieron del brazo y sentí por unos instantes que podrían rompérmelo con mucha facilidad. Pude ver como cana uno de esos seres se le ponían las pollas morcillonas, hasta mas duras que una piedra.

Eso hizo que abriera los ojos como platos, por lo que me esperaba en ese momento.

Una fuerte mano de uno de los orcos hizo que me pusiera de rodillas, al abrir la boca por sentir dolor, al sentir un ligero dolor por la presión en mi sien abrí mi linda boca, de carnosos labios y una enorme polla entro de golpe.


Sentí como mi mandíbula se abría al máximo, como ese enorme falo llegaba más allá de mi campanilla, taponando mi tráquea, eso hizo que abriera mis ojos ya que me quedaba sin aire. Al ver que no sacaba ese miembro y me cogía de la cabecita con sus enormes manos, comencé a respirar por mi nariz. No me atrevía hacer nada ya que creía o suponía que con esa fuerza podían con mucha facilidad reventarme la cabeza.

Sentí que a cada mano posaron unas enormes pollas, que era complicado que mis finos dedos abarcaran tanta carne tan dura como una piedra, que latía y estaban muy caliente.

Me saco una de esas enormes pollas, me hacia sentir como mi mandíbula se había abierto de una forma excesiva, pude respirar, haciendo que mi rostro redondito dejara ese color rojo de asfixia.

Con un hilo de saliva seguía comunicándose mi carnosa boca con esa enorme polla que tenia un capullo tan grande como un puño, tan grande como una manzana. Al respirar sentí como violentamente me metieron dos pollas en mi boca, haciendo que mis labios se estiraran hasta hacerme daño, mis carrillos se apretaron contra esos trozos de carne y mis ojos se abrieron como platos.

Al entrar nuevamente hasta mi tráquea, sentía como unas fuertes manos me cogieron de mis carnosos glúteos, pellizcándolos de una forma brutal, sentí como de tanto apretar llegaban a tocar mis huesos. Todo eso era para abrir mis nalgas y ver mi ano. Donde fue introducido una de las pollas de los orcos, esos 60 centímetros entraron sin lubricante. Quería moverme pero me cogieron de los brazos, de los muslos y también apretaron mis grandes tetas, estirándolas, apretándolas, haciendo que saliera a presión leche materna.