Sophia Lillis es Peta |
La chica de 1,60 o 1,68 no lo recordaba del todo bien
ya que no paraba de crecer, la chica pelirroja de pelo corto y bastante rizado,
de rostro plagado de pecas y cuerpo delgaducho estaba viendo como todo pasaba y
nadie quería contarle nada.
La chica se termino de duchar y al salir se puso su
pijama de Hospital, esos que mostraban tu espada y su culo, se volvió a tumbar
en su cama, a la espera que llegara Charleen su doctora, una doctora militar
que la vigilaba.
La chica suspiro y espero que entraran en su
habitación, la puerta se abrió y entro su doctora militar de cabecera, una
mujer bastante alta 1,80, de pelo rubio recogido, cuerpo Atlético, ojos azules
tras esas gafas y vestida de doctora:
-Hola cariño ¿Cómo te sientes hoy?
-Bien, creo que volví a crecer nuevamente…
La doctora le hizo un gesto para que su joven amiga se
levantara de la cama y comenzó a medirla, asintió con la cabeza y sonrió:
-Si veo 8 centímetros en 24 horas, recuerdo la semana
que viniste, medias 1,50 ¿Sientes como se hinchan tus pechos, tus glúteos, tus
caderas?
Peta negó con la cabeza al escucharla:
-No, no ¿Por qué?
Charleen asintió con la cabeza:
-Puede ser que dentro de poco tus pechos, tu culo, las
caderas tus muslos no cesaran de crecer a la par de tu altura, puede ser que
esta semana llegues al 1,80.
Peta asintió con la cabeza y Charleen le acaricio el
rostro:
-Mañana estaré contigo a hora tengo que arreglar algunas
cosas cariño…
Charleen salió de la habitación dejando a la
adolescente, ella estaba pensativa ya que no cesaba de crecer, la chica se
tumbo en la cama y sintió como crecían un poco sus pechos, sus muslos, sus
caderas, sus glúteos, sonrió:
-Aquí esta.
La chica espero que fuera mas tarde y salió de la
habitación con mucho cuidado, se escondió en las sombras para que los militares
que vigilaban no la vieran, esos hombres llevaban armas para vigilar, eso a la
chica le hizo sospechar que para una sola chica era demasiado, solo era una
chica que no cesaba de crecer.
Encontró una gigantesca sala y cinco extrañas bolas,
de color carne, bolas de mas de quince metros, una al lado de otra, se acerco a
una curiosa y vio como sobresalían de cada una de ellas un montón de pelo,
rubio, moreno. Curiosa se acercó a esas bolas y vio como sobresalían unas
manos, vio por donde estaba ese pelo tenia metido unos tubos que metían oxigeno
y alimento. Vio en un panel una foto, estaba la foto de una chica adolescente
de pelo oscuro, ella se acerco a esa bola y lo acaricio, estaba caliente y vio
como la mano se movía sin cesar. La chica negó con la cabeza y leyó lo que
ponía en el panel sobre esa chica “Mirta 16 años, en un año se hincho
convirtiéndose en una bola de carne, en tres años mas podemos mandarla al
espacio y crear un planeta” La chica negó con la cabeza, entonces esas bolas de
mas de 15 metros de color carne, moreno,
blanquecino eran chicas que se habían hinchado como bolas y no paraban de
crecer, no podía ser.