martes, 17 de marzo de 2020

Mundo Virtual Cap 6 Sexo en el viejo Oeste

Hitomi Tanaka es Oscar Solorzano
Michumi le dio un largo trago a su bebida, era un xxx y sentía en su boca el alcohol puro en su boca, frunció el ceño con la boca cerrada y con los carrillos hinchados de ese liquido, comenzó hacer gárgaras y antes que se quemara la boca se lo trago. Sintió como le quemaba la garganta.

Miro a su alrededor y sintió como todo se volvía algo confuso, le había subido bastante el alcohol, su cuerpo reducido y asiático no soportaba tanto la bebida como su yo masculino en la vida real. Comenzó a moverse por el local, mirando a la gente guiñándole un ojo, con una bonita sonrisa en su rostro redondito, disparandoles con sus dedos como si fueran pistolas invisibles, con una imaginación bañada por la borrachera.

Hasta que vio sentado a una mesa a su amigo Love vestido de cowboy, el primero que le hecho un polvo en el mundo virtual, ella se sentó en su regazo y le paso sus manos por su cuello:

-Pero quien esta aquí, mi amigo…

-Hola chica asiática ¿No me dijistes tu nombre?

La chica sonrió y le miro con esos ojitos tan rasgados y tan perjudicados por la bebida:

-¿Mi Nombre? Michumi ja ja ja.

Ella le miro atontada y sonrió:

-¿Si me follas otra vez me pagaras con ese oro que adoro? Tengo que ir a otras expansiones…

La chica se levanto del regazo del chico y tiro todo lo que estaba encima de la mesa y se apoyo contra ella, aplastando sus grandes senos contra la madera, se bajo los pantalones y se abrió las nalgas para que Love viera por donde tendría que meter su polla:

-Vamos Love, metémela entera…….Ji ji.

El chico se levanto y miro a su alrededor, cogió con fuerza las caderas de Michumi y comenzó a penetrarla, la chica se puso bizca por sentirse penetrada, esa pollas entraba en sitios donde nunca había llegado un supositorio:

-Loca chica asiática, nos echaran pero te daré tu merecido.

Un guardián del juego virtual apareció, un tipo vestido de verde con gafas de sol, no era muy alto y tenia la cabeza rapada al cero, con una larga perilla, se paro frente a la pareja que estaba follando, la gente que estaba en el bar se apartaron rápidamente, sabían lo que podría pasar. A su lado apareció un enorme robot con fuertes brazos, puede ser que midiera cuasi cuatro metros y pesaría 3 toneladas de puro acero:

-Si queréis hacer el amor…..

Love le miro sonriendo:

-No ve que no hay amor solo hay sexo, es una guarra….

Michumi se paso la lengua pos sus labios:

-Siento ese pollazo en mi ser….

El guardián miro al robot y le hizo un gesto:

-Venga tron77 echa a la pareja de aquí…..

El robot cogió del brazo a Love y lo separo de Michumi, ella sintió el sonido de un corcho saliendo de su carnoso culo por lo presión que se la había metido, el robot cogió a la chica asiática del brazo y se llevo a la pareja a fuera del bar y los lanzo a la calle.

Love se levanto y se limpio el polvo de su traje, vio como Michumi estaba tirada en el suelo con su culito desnudo en pompa:

-Michumi ¿Estas contenta?

La chica se levanto poco a poco y se fue poniendo sus pantalones, miro al chico negando con la cabeza:

-Creo que se me esta pasando la borrachera ¿Podría hacerte una pregunta? ¿Donde esta mi dinero?

La taquilla 45 Cap 1 La prostituta del instituto

Riley Reed es Mariam
Yo espero en esta taquilla hasta que cualquier adolescente quiera hacer el amor, solo me tienen que pasar unos cuantos dólares por unas de las rendijas y saldré de allí para follar con vosotros. No soy muy alta, tengo el pelo castaño claro bastante largo que me llega hasta la mitad de la espalda, aparte de eso tengo un cuerpo bastante delgado, no muy alto y físico de lolita ¿Cómo podría pasar tanto tiempo en esa taquilla? Al principio era algo agobiante y claustrofóbico, al principio mis piernas se cansaban por el tiempo de estar de pie. El rumor de la prostituta en la taquilla 45 fue por los pasillos del instituto y tuve que hacer muchas elecciones para salir de allí, algunas chicas adolescentes entre risas golpeaban mi taquilla, algunos chicos hacían lo mismo, pero si no veía mi dinero no saldría para nada. Mi nombre es Mariam y tengo 24 años, tengo una larga historia detrás, que os puedo ir contando poco a poco.
Estaba observando a la gente andando por los pasillos, por la poca luz que entraba por las rendijas de mi taquilla, solo esperando que alguien metiera sus dólares. Vi pasar lo que estaba deseando mis verdes, sonreí y le dije a mi cliente mis reglas.
-Yo saldré de mi taquilla y follaremos en uno de los habitáculos del servicio de chicas, no tenemos que hacer ruido ¿Me entiendes?
-Si claro.
Abri la puerta de mi taquilla y salí lentamente, solo llevaba una camiseta blanca, unos tejanos apretados y unas zapatillas de deporte, al salir de allí con mi apariencia adolescente podría pasar desapercibida totalmente, había aparecido una adolescente más en el instituto. Vi a Justin un chico de unos 16 años, un chico de pelo rubio y delgaducho, bastante alto, mi poca altura hacia que solo le llegara hasta el hombro.
Le cogí de la mano y le lleve a los servicio femeninos, abri poco a poco la puerta y observe que no hubiera nadie, mire a mi cliente y le hice un gesto para que no hablara, le lleve a un habitáculo del servicio, el que tenía un cartel que ponía "Estropeado" Entremos y allí comencé hacerle feliz por los dólares que me había dado. Cerré la puerta y le empuje para que se sentara del retrete, me comencé a desnudar frente a él, el acariciaba mis diminutos pechos, mis caderas, mi culo, mis piernas. Yo le desabroche los pantalones y se los baje, pude ver con grata sorpresa una enorme polla y eso que estaba relajada, me puse de rodillas y comencé a comerle la polla, cuando más crecía en mi paladar más hondo de mi garganta llegaba y más saliva creaba, más bañaba su polla, mas caía por mi barbilla, mientras que mi rostro se enrojecía al perder algo la respiración con tanta carne en la boca, tan dura y tan gorda.
Me apoye contra la puerta y el me comenzó a dar por el culo, sentía esa enorme polla taladrando mi ano, yo cerré con fuerza los dientes, mientras que el tiraba de mi largo pelo castaño.
Al final se corrió en toda mi cara, le sonreí para que se creyera que había sido mi amo mientras que el semen se resbalaba por mi rostro, fingía que había disfrutado del polvo que me había echado. Salí del habitáculo y comencé a andar con dificultad, tenía el culo desgarrado por la penetración anal, le mire de reojo mientras me limpiaba la cara frente al espejo:
-Ves hablando con tus amigos de la taquilla 45 cariños.
Justin asintió con la cabeza y salió del servicio de chicas, yo suspire e intente recuperar el aliento, me vestí lentamente y salí del servicio, me volví meter en mi taquilla, solo esperando que alguien me metiera algunos dólares más y volver a follar.
Cuando era la ultima hora y cerraban las puertas del instituto, yo salía para volver a casa, vi a Pedro el conserje limpiando uno de los pasillos, le salude y le di unos dólares, el me abría las puertas y me dejaba salir por las noches, le pagaba para tener su silencio, para tener ese servicio de alquiler de mi taquilla.
Cogí un autobús para llegar a mi barrio, allí era donde vivía con Cassey mi ama, mi dueña, mi jefa. Llegue al peor barrio de la ciudad y comencé a pasear por la calle llena de drogadictos y delincuentes. Hasta llegar al edificio donde vivíamos. Subí las escaleras hasta el último piso y me encontré con la puerta abierta, al entrar me encontré con ella, una mujer de pelo semi largo castaño, un cuerpo muy sexy plagados de tatuajes, mi jefa y también prostituta. Estaba en ropa interior al terminar uno de sus trabajos sexuales y me estaba esperando, con un cigarrillo en una mano y una cerveza en otra, tenía cara de haberse una larga loncha de cocaína, se lo notaba en los ojos. Le di lo que había ganado. Ella sonrió y me azoto las nalgas:
-La famosa prostituta de la taquilla del instituto.
-Me devolverás mi cuerpo?....
Riley Reed es Mariam
Ella me miro y sonrió:
-Nunca, la famosa prostituta de la taquilla 45 tiene que seguir follando ¿Me entiendes?
Lo odiaba pero tocaba el agujero, si existía la famosa taquilla 45 también estaba el famoso agujero del baño de chicos. Estaba al otro lado del baño en la habitación de las escobas y tenía un tabique muy fino y los chicos pasaban unos dólares, yo tendría que hacerles feliz por ese dinero. Frente a mi entraba por el agujero una gran polla adolescente, llenas de venas y muy duras. Me ponía de rodillas y se la comía, una gran felación y por el dinero que me dejaran podría seguir con otra cosa. Me bajaba los pantalones y me cogía de las rodillas mientras pegaba mi culo contra esa polla, haciendo que entrara en mi ano, movía mi culo para ser penetrada.
Después me pegaba contra la pared y me metía esa polla en mi coño, comenzaba a mover mis caderas penetrándome con ella. Después cogía esa polla y la masturbaba hasta que se corría. Podría follar sin que me tocaran y sin desnudarme del todo. Suspire al terminar y salí de la habitación para meterme en mi taquilla 45.
Hoy tocaba mi día especial, tan especial que lo llegaba a odiar con todas las fuerzas de mi delgaducho y pequeño cuerpo. Cassey me paseaba por la ciudad con su viejo coche, con una pintura ya gastada, bolsas de basura para tapar las ventanas rotas y un par de ruedas pinchadas. Ella me había vestido de colegiala, con una blusa, una mini falda, calcetines blancos que me llegaban hasta las rodillas, unas coletitas y con mi físico podría pasar tranquilamente por una niña bien.
Ella me miro y me sonrió mientras que se fumaba un cigarrillo, llevaba una camiseta de tirantes que hacía que se marcaran sus grandes pechos operados, que mostraban todos y cada uno de sus tatuajes, me acaricio el muslo:
-Bien cariño tenemos 4 trabajos para hoy, los padres de los adolescentes se quieren follar a una lolita y para esto estas tú.
Negué con la cabeza frustrada y mire el paisaje que se podría ver por la sucia ventana por el polvo:
-Creo que ya te pague toda mi deuda podrías dejarme libre, estoy tan cansada de ser una lolita.
Ella negó con la cabeza y le dio una larga calada a su cigarrillo:
-Yo lo aria pero por los años la inflación sube y me debes mucho más.
El coche se paró estrellándose con un palo de la luz ya que hacía tiempo que los frenos no funcionaban, yo salí y mire a Cassey, ella me miro con su afilada sonrisa, las drogas que se tomaba siempre hacia que estuviera en una alegría perpetua:
-Bueno cariño se una niña buena y folla mucho, yo me iré a la ciudad para visitar a un cliente...
Suspire y cerré los puños con fuerza, comencé atravesar el jardín de la casa, subí un par de escalones y me quede en el porche de la casa, pique al timbre y respire con calma, entrene un poco mi mirada cariñosa y mi sonrisa pizpireta. Se abrió la puerta y allí estaba mi cliente, un gordo de cuasi 150 kilos, pesaba infinitamente más que yo y mucho más, era enorme, hacía que me sintiera diminuta a su lado. Con camiseta de tirantes que marcaba su sudorosos sobacos y barba de tres días, aquel hombre después para su familia se transformaría en el padre ideal y ami me dejaría lo más turbio.
Yo le seguí para dentro de la casa y pase unas horas entre esas carnes sudorosas y comiendo una diminuta polla que me penetraría, lo peor es que tendría que fingir que disfrutaba de todo aquello.
Riley Reed es Mariam
Bill un adolescente de 16 años, un chico de pelo oscuro, apariencia aniñada, cuerpo delgaducho, rostro aniñado y plagado de pecas, con gafas, unos amigos le pudieron contar que la prostituta de la taquilla 45 tenía más servicios por el instituto. El chico se encontró con la papelera en medio del pasillo.
El chico entre las rendijas de la palera que estaba llena de papeles metió unos billetes que rápidamente yo cogí, el chico aparto unas cuantas hojas y se encontró mi espigón culito. Miro a todos lados y se bajó la cremallera y saco esa enorme polla, el chico estaba muy bien dotado, lentamente penetrar mi ano, era tan gran su miembro que le costaba meterme todo aquello, pero mi ano con algo más de presión hacia que sus paredes carnales se lubricaran y se abrieran poco a poco para que entrara ese trozo tan duro de carne. El chico lo intentaba, mi culito era tan perfecto y deseable que yo hacia todo el trabajo, hasta que me dijo algunas cosas:
-Yo, yo me llamo Bill Peterson ¿Puedo saber cómo te llamas?
Mi voz vino del fondo de la papelera ya que estaba flexionada para que sobresaliera mi culito:
-Que importa cómo me llame solo soy una prostituta, a hora solo soy un culito en la papelera..
-Sabes siempre soñé que mi primera vez fuera diferente, creo que puedes ser más que una prostituta, tu voz es tan bella...
Era imposible lo que estaba escuchando ¿Ese chico se estaba enamorando de mí, de mi culito? Me sentí extraña por eso:
-Tu, tú crees? Puedes ir al agujero de servicio de baño? Hago otros servicios y podemos hablar un poco.
Sentí como me rellenaba todo el ano de su corrida, el chico me acaricio el culo, con cariño limpiándome las gotas de sudor, cuando escuche sus pasos al irse, yo salí de la papelera y de una pequeña mochilita saque unas toallitas húmedas ya que por mis muslos corría su semen, me limpie bien el ano y la tire en la papelera, saque unas braguitas y unos pantalones cortos, mire a mi alrededor y comencé a ponérmelo "¿Ese chico me trato cariño, me quiere? No lo podía creer mientras entraba en mi taquilla.
Me quede pensativa dentro de mi taquilla, estaba suspirando enamorada, un chico que me había tratado con cariño, me había follado con cuidado y con delicadeza, no podría olvidarle, aparte que me dolía algo el culo por su gran polla. Hace tanto tiempo que no sentía aquello, mariposas en el corazón y un kilo del requesón de su polla en mi ano.
Bill fue al servicio que le habían dicho, al abrir la puerta vio un agujero en la pared, al acercarse vio que aquel orificio de la pared para meter la polla estaba acorchado para que no te hiciera daño, no te cortaras al meter tu miembro. El chico metió su mano en el bolsillo y saco unos billetes. Lo metió por el agujero y sintió como al otro lado alguien cogía los billetes, por unos segundos estuvieron tirantes los dos lados:
-Hola ¿Eres la misma chica de la voz dulce que conocí en la papelera?
-Sí, si soy la misma y tu ¿Eres el chico cariñoso?
El chico sonrió y se quedó en silencio por unos segundos:
Riley Reed es Mariam
-Si soy yo, me llamo Bill y tú.
Yo deje que se llevara sus billetes, no quería su dinero, esta vez seria gratis, era tan agradable que te trataran con cariño:
-Esta vez es gratis, si me haces un favor luego, pasa tu polla por el agujero.
Vi como una gran polla pasaba por el agujero, era enorme, tan dura y llena de venas, la acaricie con cariño, era tan gorda que no podría cogerla con una sola mana, estire poco a poco de su piel y vi un gran capullo, comencé a masturbarla:
-Que gran polla tienes Bill, mi nombre es Mariam ¿Sabes cuantas veces puedo hablar con mis clientes y tener un rato agradable?
Bill cerró los dientes con fuerza al sentir las dos manos de Mariam al otro lado de la pared en su miembro:
-Contigo perdí la virginidad, con tu culito, eres muy especial para mí...
El chico sintió como se mojaba su miembro, como algo bailaba con su capullo, yo, la prostituta me había metido la polla en mi boca y me había costado bastante:
-Gaseas-Dije con dificultad.
se me derramaba una lagrima por mi rostro, al meterme tal polla en mi boca, tenía que abrir la boca hasta el extremo, sentía como la polla me daba en la campanilla, como se llenaba toda mi garganta de carne, asfixiándome, pero no paraba esa felación que hacía que mi rostro se enrojeciera.
Me saque la polla de la boca y comencé a respirar nuevamente, deje que cayera mi saliva con sabor a miembro viril por mi boca, metí la mano en el bolsillo y mire los condones que tenía, cinco de talla normal y el más viejo que tenía, el talla Mondingo, no era normal que un chico tuviera tal miembro. Cassey me lo había dado en broma, era algo que le quedaba de un antiguo cliente famoso de su enorme polla. Al abrirlo saque la gomita de un tamaño extra y se la puse lentamente. Me desnude para prepararme para hacerle el amor, esta vez lo aria con cariño.
El chico sintió que su polla se metía en un sitio húmedo, un sitio muy agradable, conseguí meterme una parte de esa polla en mi coño, me pegue contra la pared sintiendo el frío de la pared en mis pequeños pechos, en mi rostro, comencé a mover mi culo, para que entrara bien dentro de mí:
-Te siento dentro de mi Bill.
-Es tan maravilloso.
Los dos tuvimos un orgasmo juntos y yo me senté en el suelo agotada, tenía mi cuerpo empapado de sudor, por eso brillaba gracias a la luz de una bombilla que tenía frente de mí. Podía ver esa polla con el condón que se iba deshinchando poco a poco, sonreí y le quite el condona con el kilo de semen dentro, le hice un nudo para que no perdiera ni una gota, estaba caliente y pesaba bastante, sería mi recuerdo de Bill.
-Bill por que no dejas unos billetes en la taquilla 45 y nos conocemos en persona cariño, es tan frio esto.
Aquella noche cuando cogí el autobús para llegar a casa, conseguí un asiento y mire el paisaje urbano pasar frente a mi, esas luces de la gran ciudad era tan fascinante, como desearía ser parte de esa gente que paseaba, de ser de una de esas personas que vive en una de esas casas que tenia la luz encendida, ver la televisión pensando en otras cosas. Volver a ser quien era entonces, antes de conocer a Cassey.
Al llegar a nuestro viejo apartamento escuche gemidos desde el comedor, me acerque poco a poco sin querer hacer mucho ruido, no quería que me incluyera en su trabajo. La vi desnuda apoyada en el sofá, con un cliente que le estaba enculando sin cesar, vi su cuerpo lleno de tatuajes que brillaba por su sudor, que sus pechos llenos de silicona se movían sin cesar cuando era empotrada. Ella fingía sin cesar ya que tenia su cuerpo tan dado de si, que tenia que hacer creer que disfrutaba.
Riley Reed es Mariam
Me fui a mi habitación y puse el cerrojo para que no entrara esa loca por la noche, saque de mi chaqueta ese condón con el kilo de semen de Bill, lo deje encima de mi mesa de estudio y lo estuve observando, era parte de ese chico que había sido cariñoso conmigo, que me estaba enamorando. Cogí una tableta de chocolate que tenia escondido en mi mesita de noche, me la comencé a comer mientras veía ese condón, era como estar a su lado o eso quería imaginar.
Me desnude y me metí en la cama, cogí el condón con todo el semen de mi amor, con la polla tan grande que tenia era sorprendente que pudiera sacar tanto semen, tenia entre mis manos mas de un kilo. Me lo pase por mi entre pierna, era increíble pero creía sentir que aun seguía caliente, el látex acaricio mi vagina, poco a poco lo pase por mi ombligo y lo pase por mis pechos, eso me excitaba, hacia tanto tiempo que no sentía aquello. Era como tener a Bill conmigo.
Abrí el condón y comencé a tragarme su contenido, todo ese semen bajo por mi garganta, comencé a disfrutar de ese sabor salado con un toque dulce, quería tenerlo tan dentro de mi. Era tan excitante.
Por la mañana saque de mi armario la ropa de colegiala, era la misma rutina de siempre, pero mientras me vestía sonreía ya que podría ser que Bill me sacara de la taquilla y pudiera ver como era el chico que amaba.
Al ir en coche con Cassey ella se quedo asombrada al ver que hoy tenia una sonrisa en los labios, que no estaba enfadada como siempre, que parecía que tenia algo de fe en mi vida, que parecía que me estaba adaptando y que parecía que lo estaba disfrutando. Ella levanto su ceja y comenzó a sonreír:
-Eso es cariño, me encanta ver lo feliz que estas…
Vestida de estudiante adolescente me pare frente aquella puerta, mire a Cassey y sonreí, tenia tantas ganas de vivir ese día, podría quedar con Bill, el me aria feliz, el conseguiría que mi maldición que me transformo en mujer fuera mas pasajero. Suspire y reuní mi fuerzas estaba en casa de los Smiths los dos hermanos que me follarían toda la mañana, toque el timbre y los vi frente a mi. Uno era algo bajito de mi altura, delgaducho de unos 40 años, con una apariencia aceitosa y repulsiva, el otro era mas alto y me superaba en peso, los dos muy peludos y que apestaban bastante a sobaco, tendría que mamarles sus apestosas pollas y hacer que disfrutaba mientras me penetraban, sonreí y les mire a los ojos:
Riley Reed es Mariam
-¿Alguien a pedido a una adolescente cachonda?
Al entrar dentro de la casa Cassey se encendió un cigarrillo, se puso las gafas de sol y arranco el coche, tenia una cita para aquella mañana.
Entre en el instituto bastante dolorida, bastante asqueada por soportar esa sesión de sexo tan asqueroso y sudorosa, me sentía sucia, demasiado sucia, salude a Pedro y cogí algo de ropa de mi taquilla, me metí en los vestuarios y medí una larga ducha, me enjabonaba mi cuerpo delgaducho de lolita, me pasaba mis dedos por donde habían pasado esas pequeñas pollas sudorosas y tan sucias, que olían tan mal. Abrí la boca y me eche jabón, quería quitarme el sabor. Estaba tan asqueada.
Me vestí y metí mi ropa de estudiante adolescente en una bolsa, me vestí con mi camiseta estrecha para marcar mis diminutos senos, unos pantalones tejanos para mis finas piernas y mis carnosas nalgas. Salí de los vestuarios y me metí en la taquilla 45, me quede callada solo esperando aque llegara mi querido Bill. Seguía pensando en mi vida cuando era un hombre para matar el tiempo, Cassey no me dejaba tener móvil ya que para ella perdía el tiempo que podía ganar follando y por que podría hablar con la gente y decirles que estaba maldita y me habían transformado en mujer.
Vi una sombra y por las rendijas entro una nota y unos dólares “Hola soy Bill” Eso hizo que sonriera, al fin estaba hay, el chico que había entrado en mi corazón de una manera tremenda, como la polla de un negro en mi ano. Abrí la puerta y lo vi allí frente a mi, pose mis manos en sus hombros, me levante un poco poniendo mis pies en puntilla, por ser mas bajita que el y sonreí:
-Estaba deseando que fueras tu, eres lo mejor que me ha pasado..
Bill sonrió y paso su mano por mi largo pelo y cerré los ojos con cariño, era tan agradable que alguien te tratara de esa manera, era un pequeño sueño para mi.
Nos sentemos en la entrada de camiones del comedor, allí estuvimos hablando, yo me fumaba un cigarrillo mientras que charlábamos, era increíble que un paquete de cigarrillo se pudiera guardar en mi estrecho pantalón:
-Oye Mariam ¿Desde cuando estas en esa taquilla?
Riley Reed es Mariam
Yo le mire a los ojos negando con mi cabecita lentamente:
-Desde hace tres años, estoy tras la pared, estoy en la papelera, hago mi trabajo de prostituta y otras cosas que no te creerías cariño….
El chico asintió con la cabeza y yo le cogí la mano y me la puse en el muslo, apoye mi cabeza en su hombro y me sentí muy a gusto con el, era mi amor de mi vida:
-Mariam podríamos escapar, yo de mi padrastro y tu de quien te obliga a ser prostituta..
-Me gustaría tanto huir contigo amor mio..
Me quede pensativa y asentí con la cabeza, el había pagado y tendría que hacerle el trabajo, aparte también se me iba la mirada a ese enorme paquete que tenia mi chico:
-¿Quieres que lo hagamos? Has pagado por eso y yo lo aria con tanto gusto, con tanto cariño, por ti cariño…
El chico asintió con la cabeza con timidez y yo sonreí con cariño, le abrí la bragueta y le saque esa enorme polla que tenia, era bastante grande hasta estando descansada sin toda la sangre hinchandola. La acaricie, le pase la mano y sentía como la sangre comenzaba a hinchar ese musculo, el chico estaba tan nervioso. Cuando estaba apunto de caramelo yo me la metí en la boca, me costaba metermela pero lo conseguí.
Comencé con la felacion, sentía como me tocaba la campanilla, como mi rostro se enrojecia por tenerla tan metida, la saque de mi boca cuando estaba muy dura y deje salir bastante saliva de mi boca, baje lentamente su piel viendo ese carnoso y gran capullo, con mis manos le hice una paja. El chico se mordía el labio y me acariciaba mi sedoso pelo.
Riley Reed es Mariam
Me sentía también con ese cariño, me baje los pantalones y me pose en su regazo, mientras que con una mano me metía esa enorme polla en mi ano, le abrace con fuerza y comencé a mover mi trasero para que entrara y saliera ese trozo de carne en mi culito, los dos nos abrazábamos, yo levante mi rostro gimiendo, era tan duro, tan desgarrador que entrara dentro de mi, pero tan placentero. Abrí mis ojos como platos y sentí como mi culo se llenaba de semen, como salia de mi ano.
Me puse bien mis pantalones y el chico me abrazo con cariño, levante mi mirada y le mire a los ojos:
-Eres tan dulce para mi ¿Espera que día es hoy?
-Mariam es Miercoles…
Suspire y le mire a los ojos:
-Mierda es el día del equipo de futbol, ellos pagan una cuota para una bacanal con mi cuerpecito para relajarse para los partidos, me deja tan agotada ¿Me vendrás a ver en los vestuarios? Pero no hagas mucho ruido, si te veo me darás fuerzas para terminar la jornada…
Bill miro su reloj y supo que era la hora señalada, pero por unos segundos estuvo tentado en no ir a verme, no quería ver como me vejaban aun mas, como pagaba mi deuda de aquella manera, pero el amor que sentía por mi hizo que fuera a verme.
Entro en los vestuarios y sin hacer mucho ruido fue hacia las duchas, cuando fue llegando comenzó a escuchar gemidos, mis gemidos, mis forzados gemidos que intentaban fingir placer ante lo que me estaban haciendo entre todos los chicos del equipo de futbol.
Mi amor de mi vida al entrar en el servicio pudo ver como me tenían todos los chicos del equipo de futbol, dos pollas metidas por mi culo, yo con otras dos pollas cogidas con mis manos, mientras hacia una felacion, aparte de eso aun quedaban un grupo de chicos que estaban preparando.
Riley Reed es Mariam
Bill vio ese doble anal vaginal que me estaban haciendo como aun tenia hueco para coger pollas y meterme una en la boca, como estábamos bañados de sudor, como me estaban forzando, pero no sabia que ya mi culo y mi coño y otros orificios estaban mas que penetrados, mas que lubricados.
El se llevo la mano a la boca cuando vio el bukake que me hicieron, litros de semen cubriendo mi cuerpecito, mezclandolo con sudor y cansancio.
El equipo de futbol me dejo allí tirada en el el suelo de las duchas, Bill se acerco a mi y me vio allí tirada cubierta de semen, yo no podía moverme por lo agotada que estaba y también dolorida. El abrió una de las duchas y baño mi cuerpo para limpiar.
Me levanto y me llevo entre sus brazos, yo le mire a los ojos cuando recupere algo de energía y le mire, estaba mojada, sudada, mi piel brillaba con la luz que se reflejaba en mi cuerpecito, estaba feliz por estar con el:
-Mi, mi amor, por favor llevame a mi taquilla.
Bill como mi príncipe azul me llevo a mi taquilla y abrió la puerta, yo baje de sus brazos y me metí dentro poco a poco, le mire a los ojos con una delicada sonrisa, estaba tan agotada de que me hubieran follado de esa manera, siempre me destrozaban por dentro, baje mi mirada y le mire a los ojos:
-Dejame aquí cariño me vestiré y cuando sea mi hora saldré de la taquilla, me iré a casa a descansar.
El chico me acaricio el rostro y negó con la cabeza:
-Te esperare y saldremos los dos ¿Me entiendes Mariam?
Sonreí y asentí con la cabeza, era tan agradable que alguien como el me quisiera tanto, que no hubiera salido corriendo al ver como me penetraban por todos mis orificios, era tan bonito sentir amor, era algo que siempre había deseado. Cerré la puerta de la taquilla y me comencé a cambiar, mientras que el me esperaba fuera.
Al salir el me cogió de la mano, me sentí también, me había visto vestida, desnuda y follada de todas las formas y si seguía a mi lado eso era amor:
-Mariam ¿Cuéntame algo mas de ti?
Yo suspire mirándole a los ojos:
-Yo, yo antes era….
Negué con la cabeza, no creo que Bill estuviera preparado para escucharlo, no creo que nadie estuviera preparado para escuchar la verdad ni siquiera yo lo creería si alguien me lo contara, negué con la cabeza:
-Yo antes no era tan feliz como hoy contigo.
Al salir a la calle el me miro a los ojos y me acaricio el rostro, el era tan alto y tan guapo, tan agradable conmigo, me beso lentamente y yo levante una pierna como en esas películas románticas, no muy lejos de allí estaba el coche de Cassey esperándome, mi ama no me había dicho nada de que vendría a buscarme y seria toda una sorpresa, para la chica llena de tatuajes y sonrisa afilada fue una sorpresa al verme tan enamorada en medio de un beso.
Bill se fue por su camino y yo suspire enamorada, fui en dirección dela parada del autobús y escuche unos pitidos bastante familiares, al girarme me deslumbro con las luces, entre cerré los ojos para poder ver algo, me quede sorprendida al ver que era Cassey que me hizo un gesto para que subiera.
Al subir al coche Cassey me miro a los ojos, estaba algo decepcionada por mi comportamiento:
-Señorita, señorita te dije una vez que nunca te enamoraras de un cliente, te castigare….
Yo baje mi mirada y le mire a los ojos preocupada:
-Haz lo que quieras conmigo pero a Bill dejalo tranquilo, no le toques, no le hagas daño…..
Ella me acaricio el pelo y me cogió fuertemente de la boca cerrándome los morritos, le seguía con mis expresivos ojos:
-Veremos como te comportas o también are que el sea mi prostituta como tu, veremos como te comportas en el castigo.
Al llegar al apartamento que compartíamos yo y Cassey ella tiro de mi brazo y me obligo a sentarme en una silla, estaba asustada por lo que ella me quería hacer, sabia que ella era muy imaginativa en sus castigos y que no se frenaría en ningún momento, ya que por dentro estaba muy enfadada pero con su sonrisa perpetua nunca se notaba.
Me obligo a poner mi culo en pompa mientras me cogía del respaldo de la silla, ella me bajo los pantalones y me bajo las bragas, me azoto el culito y yo trague saliva asustada ya que no sabia por donde saldría todo aquello:
-Primero Ralp y a hora Mariam, preparate para mi castigo, Pequeña puta.
Me dejo sola y mire a mi alrededor no sabia que me quería hacer, estaba en soledad con el silencio de la habitación, me ponia nerviosa la falta de sonido de esa habitación y lo enferma que me ponia tener la luz encendida a esas horas de la madrugada.
Se escucho unos pasos y sentí como me metían algo por el culo, una manguera, Cassey había calentado unos cuantos litros de agua caliente y había buscado una gran jeringa, una manguera, que con un poco de lubricante me lo había metido por el ano, poco a poco me fue metiendo esos litros de agua en mi cuerpo y sentí como mi estomago comenzó a hincharse poco a poco. Al terminar me puso un pequeño consolador que valdría como tapón, que no dejaría escapar ni una gota.
Me levante de la silla llevándome la mano a mi estomago tan hinchado, parecía una adolescente embarazada, embarazada de agua caliente, no dejaba de sudar por sentir lo caliente del liquido que tenia en mi interior, ella me cogió de los hombros y me miro a los ojos:
-Te pasaras unos cuantos días con ese estomago tan hinchado “Juno”
Me subí los pantalones y me costaba abrochármelos y le mire a los ojos:
-¿Me aras trabajar así Cassey?
Ella me cogió del rostro y me paso la mano por mi pelo, ese pelo tan sedoso que tenia:
-Hay clientes que quieren a adolescentes embarazadas para follárselas yo are tu turno en el instituto….
Riley Reed es Mariam