Comencé
a gemir de placer con mi nueva voz, tan suave, tan femenina. Sentía como gotas
de sudor corría por mi cuerpo, como al mover mi cabeza mi suave y sedoso pelo
se movía al son de mi placer.
Sonreí
pérfidamente, con mas ganas de seguir masturbándome, hasta que escuche un ruido
desde mi habitación, suspire negando con la cabeza y me levante poco a poco,
sentía como mis piernas no tenían fuerzas de lo agotada que estaba de masturbarme
y me aferre a las paredes, pegando mis grandes tetas, apoyándome en algún
mueble. Hasta que pude llegar a mi habitación y pude ver que esta vez el
monitor lanzaba una extraña luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario