A los pocos momentos paso el L86 el autobús que le dejaría en Viladecans, la pequeña ciudad donde vivía con su hermana y su mejor amigo. Al entrar se sentó en uno de los pocos asientos vacíos que había, apoyo su cabeza contra la ventana y no pudo dejar de pensar en Melinda. No podía dejar de pensar en el destino y como la había conocido.
Pasaron 50 minutos y llego a su destino, el chico bajo del autobús y estaba pensando en lo bien que le sentaría una ducha, poder acostarse, estaba agotado.
Frente a la parada del bus estaba el bloque de pisos donde él vivía, en la planta baja, abrió la puerta de la portería con cuidado y cuando estaba a punto de abrir la puerta del piso, sintió como alguien posaba sus manos en su hombro, haciendo que se girara de golpe.
Le había asustado ya que estaba sumergido en sus pensamientos, respiro con tranquilidad al ver que era su hermana Sofia que también llegaba de trabajar del supermercado.
-Hola cariño....
Lucas sonrió y le dio un beso a su hermana, rápidamente abrió la puerta del piso donde vivían. Ella tenía casi treinta años y pasaba muchas horas trabajando para poder pagar el alquiler, estaba agotada, estaba deseando poder acostarse.
-Sabes cariño estoy agotada, necesito un par de días de fiesta o que me hagan encargada....
El chico entro en el piso y miro a su hermana a los ojos:
-Bueno no tenemos la suerte de Nico y que sus padres te paguen la parte del alquiler....
Después de la larga ducha, Lucas entro en su cuarto y se tiro en la cama, miro a su alrededor y vio su mesa de dibujo, sus cuadros y comenzó a pensar en aquella chica gótica que había conocido aquella noche.
Los dos chicos salieron de laboca del metro, Lucas estaba pensativo y algo callado, mientras que Nico nohabía cayado en ningún momento desde que salieron de Viladecans.
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