lunes, 30 de marzo de 2020

Extraño futuro Cap 1 Comienza el viaje


Laurie estaba pensativa en la bañera, estaba pegándose un largo baño pensativa, la mujer de unos cuarenta y cinco años, estaba en su viejo apartamento semi derruido por culpa de los bombardeos de los últimos días, vivía en el 2045 tras la segunda guerra civil americana. Todo se extermino en pocos años, todas las ciudades y los supervivientes estaban luchando por sobrevivir en los viejos edificios que quedaban en pie. Ella tiene su pelo extremadamente rubio, que era teñido que mostraba un poco de su pelo oscuro, unas gafas rotas que al menos le ayudaban a ver algo, un brazo lleno de tatuajes, uno piercings en un pezón como en su vagina, acompañado por cicatrices y marcas de balas por todo su cuerpo, su vida fue tan veloz, tan loca que modifico un poco su cuerpo. Estaba pensativa ante lo que iba hacer ese día y podría cambiarlo todo, cambiar su vida, cambiar el destino del mundo. Se levantó poco a poco y salió de la bañera totalmente desnuda, su cuerpo delgaducho y fibrado fue cubierto por una toalla. Se encendió un cigarrillo y cogio de la cocina una pequeña olla donde tenía el tinte rubio, lo poco que había conseguido en el mercado negro. Se miró en un espejo roto y se tiñio el pelo de rubio. Tiro la toalla y cogió su ropa, unos pantalones de cuero, una camisa negra y unas botas de piel. Miro el reloj que tenía colgado en el comedor, algo que había encontrado entre la basura. Respiro con calma y cogió su recortada y se metió unas cuantas balas en el bolsillo. Salió de allí para su gran paso, para su vida para su futuro. 


Comenzó atravesar las calles llenas de cuerpos putrefactos, esqueletos, con coches destrozados, ruinas por todos lados, ruinas de una vida perfecta de la sociedad. Laurie estuvo andando por un rato hasta llegar a unas escaleras que daban a un sótano. Al bajar se encontró con la doctora Valeria, una científica que había estudiado durante décadas los viajes en el tiempo, que cuando comenzó la guerra se quedó a medias su experimento ya que se quedó sin conejillo para experimentar. La mujer de pelo rubio de unos 50 años, cuerpo delgaducho, no muy alta, vivía siempre en su sótano y Laurie se encargaba de llevarle algo de comida por un puñado de la nueva moneda. Ella le convenció que podría hacer que viajara en el tiempo, pero solo podría viajar atrás si podía coincidir con su yo del pasado, no era como otras películas que no podrían estar dos yo en el mismo lugar, esta vez con el experimento una era el positivo y la otra el negativo que hacía que no desapareciera de esa realidad temporal. Laurie miro a Valeria y suspiro:


-Vamos…

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