miércoles, 1 de abril de 2020

Atrapadas en el castillo Cap 2 Nueva vida a tu servicio


Ibrice sonrió y cogió un espejo, se lo enseño a Red y el descubrió que su rostro era de una mujer, eso le horrorizo.

Red nuevamente se quedo nuevamente dormida todo parecía un sueño extraño, todo parecía que se terminaría cuando se despertara, todo parecía que la pesadilla no tendría final. Abrió los ojos poco a poco y miro a su alrededor, estaba en un autocar y al intentar moverse vio que aquellas pequeñas manos de uñas pintadas de negro estaban esposadas al asiento que tenia frente de ella. Miro esas manos tan finas y delicadas y trago saliva con miedo, miro a sus piernas y vio que tenia una falda muy corta de color negro, con zapatos de charol, podía ver esas finas y delicadas piernas, blanquecinas. Solo podía llorar al ver que no era el hombre que era, lloraba de rabia por todo, habia perdido la guerra, su vida, su sexo. Miro por la ventanilla y vio un extraño paisaje, no conocía nada de aquel entorno, esos montes, no sabia por que carreteras se estaba moviendo, no sabia hasta donde le llevaban. La chica vio que llegaba hasta una gran mansión, el autocar se paro y un guardia vestido de negro entro, le abrió las esposas y ella pudo mover sus manos, se toco el rostro, se toco la cabeza y vio que tenia un pequeño sombrerito. El guardia le levanto la cabeza con la porra y le miro sonriendo:

-Tienes que salir hay afuera y ponerte en fila con otras chicas como tu, pero por favor pórtate mal para que te golpe con mi porra lo estoy deseando…..

Red trago saliva y se levanto como pudo, se sentía débil, sentía que no podría mantenerse en pie por esos tacones, el guardia le cogió del brazo y casi le arrastro por autocar y le llevo hacia el jardín de la mansión, la chica vio a otras chicas, rubias, morenas, pelirroja, de pelo castaño vestidas como ella de sirvientas y el guardia le llevo a su puesto. Ella miro a su alrededor e intento ponerse en pie.

Red miro a las demás chicas, vio en sus ojos ojeras y mostraban en sus rostros que habían pasado mucho dolor en esas cuatro paredes. Ella se aguantaba en pie como podía y se cruzaba de brazos para intentar quitarse el frio de su cuerpecito femenino. Vio como unos soldados del bando que el habia luchado siendo hombre rodeaban a las chicas, sintió el peso de de un arma imaginaria en su mano como si continuara su lucha. Una mujer vestida de negro llamada Quidesian, con la cola de caballo que le caía hasta la cintura, ojos pintados de negro. Sonrió al ver a las chicas, sobre todo al ver a la nueva adquisición de sus chicas.

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