Angie se encendió un cigarrillo y sonrió:
-Vamos chicas dejar de follar nos toca una función.
Lina se despertó de golpe volviendo a la realidad del manicomio, miro a su alrededor en la oscuridad, solo vio a sus amigas durmiendo, vio el cuerpo Elizabeth como dormía profundamente, como su pecho se hinchaba al coger aire y lo convertía en un pequeño al salir de su boca. En sus sueños de aquella realidad se amaban, querían estar juntas en ese universo de drogas y sexo.
-Te quiero Eli.
Andrea se quedo tumbada en el sillón del despacho de Julia, la doctora estaba apuntando lo que decía su paciente, la jovencita seria la primera visita de las chicas, tenia que mantener su negocio controlado. La jovencita miro con miedo a Julia ya que le veía con algo entre las manos, estaba muerta de miedo ya no quería inyecciones ni pastillas. Julia sonrió al ver ese rostro lleno de miedo:
-No te preocupes cariño.....
Julia tenia entre las manos un colgante brillante y comenzó a moverlo, estaba intentando hipnotizar a Andrea:
-Mira el colgante, mira el colgante Andrea y comienza a viajar.
Andrea se quedo profundamente dormida, había caído bajo los efectos del hipnotismo, la chica estaba a merced de Julia.
-Andrea cuéntame mas sobre tu pasado, cuando eras un hombre.....
Andrea trago saliva, una gota de sudor se resbalo por su frente mientras que en aquella habitación misteriosa comenzaba a pasar algo, los enfermeros trajeron a un adolescente que estaba inconsciente tumbado en una camilla, de cuerpo delgaducho, de pelo oscuro. Le raptaron para terminar en aquella maquina que lo trasformara en otra chica para su juego. El chico fue cogido por los enfermeros y fue metido en una maquina, de puertas de cristal, al meterse unas inyecciones se clavaron por todo su cuerpo. La maquina se abrió y la chica cayo de rodillas, de allí salieron dos chicas una vestida de enferma y otra vestida con un corsé, eran la misma mujer. La sexy chica fue cogida del brazo y fue llevada a una puerta de tapiz de plumas rosas. Al entrar fue llevada al universo del cabaret, los recuerdos volverían mas tarde. La nueva chica fue arrastrada por los enfermeros hasta su habitación, su nueva habitación para su locura. Dylan era a hora Dylala.
Andrea estaba sumergida en sus recuerdos, estaba recordando cuando era un hombre, recordaba cuando estaba fuera de allí.
Se vio como un hombre, se vio llegando en una limusina llegando a la mansión de sus padres, había pasado un largo tiempo en el colegio interno, había pasado un año entero estudiando para contentar a sus padres. Estaba a punto de cumplir 18 años y estaba deseando pasarlo bien aquel verano. Pero al llegar a casa no encontró a nadie. Solo estaba su madrastra vestida con albornoz, mostrando su corsé negro. Sacramento era una mujer de unos cuarenta años y era una mujer muy atractiva, con bonito pelo rubio y de exuberantes curvas. La mujer sonrió al ver a su hijastro:
-Hola cariño te estaba esperando.....
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