sábado, 4 de abril de 2020

Extraño futuro Cap 2 La llegada

Valeria corrió la persiana y le enseño una silla de dentista donde se tendría que sentar, con cientos de cables y todo llevado a un viejo ordenador:

-Vale Laurie viajaras al 2019 con tu yo de 16 años y tendrás que estar con ella para parar la guerra….

Laurie suspiro y se sentó en la silla:

-Si doctora, mi yo del pasado…

La doctora le puso los cables por el cuerpo a la guerrera del futuro, después comenzó a tocar unos botones, para conseguir los cálculos perfectos para el salto en el tiempo:

-Preparada Laurie….?


La chica de pelo extremadamente rizado y rubio miro a la doctora:

-Vamos.

La doctora comenzó a tocar los botones del ordenador y comenzó a mandarle energía a la silla donde estaba sentada Laurie. La fuerte mujer comenzó a moverse bruscamente hasta que comenzó a iluminarse sin cesar. 

Estaba desapareciendo hasta fundirse en el tiempo, para comenzar su viaje. Valorie miro lo que estaba produciendo su invento en el cuerpo de ella, hasta que vio como desaparecía. 

-Suerte Guerrera….


Sábado 6 de Julio del 2019
En la vieja bañera del apartamento donde Laurie vivía en aquellos años, aquellos años que fue tan feliz en su adolescencia fue apareciendo una extraña luz, una luz blanca que fue creciendo poco a poco, formando un cuerpo. Formando el cuerpo de la Laurie adulta. Cuando su cuerpo se formó dejo que la mujer se quedara medio adormecida. Ella abrió los ojos y vio que no estaba en el mismo sitio donde había marchado. La mujer sonrió al ver algo que reconocía, algo tan placido, algo tan bello como fue ese lavabo jamás lo había olvidado, más cuando el suyo a hora en el futuro era un cubo. 

-Estoy en casa…

La mujer se levantó poco a  poco y se dio cuenta que estaba desnuda, se miró al espejo, ese espejo que era tan familiar para ella de cuando era feliz. Se tocó el rostro con esas marcar de la edad, en sus labios, en las patas de gallo, se tocó los fibrado y musculosos brazos, esos tatuajes que cubría uno de ellos, se tocó un pecho tirando un poco de su piercing, paso su manos por las cicatrices de su cuerpo, su duro ombligo lleno de marcas y se tocó los piercing que tiraban de uno de sus labios vaginales. Miro a su alrededor y recordaba que tras de la puerta estaba su albornoz. Lo cogió y se lo puso, era tan agradable su tacto, ya había olvidado su tacto. Cubrió su cuerpo desnudo y salió de su cuarto. Al dar un par de pasos por el pasillo, ese pasillo de su infancia y juventud. Escucho unos pasos a su espalda.

Neida había salido del trabajo hace unas horas, quería estar con su hija Laurie para su cumpleaños, la mujer de 45 años no era muy alta, aspecto delgaducho, pelo corto y oscuro. Al entrar en casa vio a Laurie de espalda con su albornoz favorito andando por el pasillo:

-Anda cariño vete a cambiar y podrías teñirte un poco el pelo, el tinte rubio se está destiñendo…..

La viajera del tiempo no quería girarse ya que se daría cuenta que por su edad era otra versión de su hija, intento hablar pero aniñando un poco su voz:

-Claro mama…

Neida sonrió:

-Feliz cumpleaños cariño.

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