-Traeme la formula y los siguientes ingredientes.
Los pechos seguían creciendo y estaban presionadas las dos chicas en la habitación, pechos gigantescos del tamaño de un coche, con pezones tan grandes como una cabeza, no dejaban de soltar leche materna sin cesar. No se veían ni a Julia ni a Jasmira ya que eran dos gigantescos pechos cada una. Míriam fue al laboratorio a buscar lo que le habia pedido el chico que se habia transformado en chica, no entendía nada de química pero hacia caso ciegamente a su amiga ya que ella sabia de esas cosas. Cuando rebuscaba en el laboratorio y comenzaba a encontrar lo que le pidió entro una profesora al laboratorio, se cruzo de brazos al ver que al final habia pillado a Míriam la ladrona, la contrabandista del colegio, eso hizo que sonriera. La profesora se llama Lisney y tenia unos treinta y siete años, de pelo rubio y figura delgaducha, muy poco pecho. Cuando quiso decirle algo vio encima de una de las mesas la formula de Joseph con las bragas de Lorena, al cogerlo y pasarlo por de bajo de su olfato algo paso, de esa talla tan pequeña de pechos comenzaron a crecer, hasta llegar una talla 100, la profesora sonrió y cogió la formula y se la llevo. Ya le echaría otro día la bronca a su alumna. Míriam cogió todo lo que le pidió Jasmira y no se dio cuenta que la formula que hacia que todas sus compañeras de colegio le crecieran los pechos faltaba. Esta corrió al aula y abrió la puerta pudo ver un gigantesco pecho que sobre salia con un enorme pezón que no paraba de soltar gotas de leche materna. La chica trago saliva y cogió todo lo que le pidieron y lo comenzó a echar encima de ese pecho, vio sonriendo que comenzó a encoger poco a poco.
Míriam sonrió al ver tirada en el suelo a Jasmira con sus pechos desnudos, con la talla normal que tenia su cuerpo original femenino,ella se toco los pechos y se levanto poco a poco, comenzó a sonreír al ver que tenia sus pechos en su sitio y la talla original:
-Madre miá mis pechos siguen igual, bueno hubiera deseado volver un hombre pero me puedo mover.
Míriam sonrió mirándole:
-Me debes una Joseph
Al fondo del aula estaban dos enormes pechos apretados contra las cuatro paredes,soltando unas gotas de leche materna, pezones mas grandes que sus cabezas, Jasmira miro a Míriam y le cogió los productos que le habia pedido:
-Nos toca hacer que Julia tenga una talla normal frotale esto en un pecho y yo en otro...
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