Joseph había encontrado una salida en el laboratorio de colegio interno donde ya llevaba unos meses, el chico de 16 años de cuerpo delgaducho y apariencia más joven de lo que era, tenía muy pocos amigos y en la ciencia encontraba una salida. Tras una larga jornada de colegio los chicos podrían elegir lo que podrían hacer y el chico decidió pasar otra jornada en el laboratorio. Totalmente a solas estaba contento ya que podría utilizar nuevos equipamiento para jugar, estaba cogiendo apuntes y juntando fórmulas. Un ruido lo alertó y fue a mirar lo que era, no quería que Charles y sus matones del deporte le molestara ya tenía que soportarlos con sus abusos durante días por las noches o en las clases de gimnasia. Al abrir la puerta se encontró a Julia una de sus mejores amigas y muchas veces era por eso que recibía palizas por ser tan femenino a veces. Julia tiene la misma edad que su mejor amigo, con el pelo corto y siempre vistiendo masculinamente para disimular sus curvas:
-Hey Joseph te hace unas palomitas y una película, Míriam me a conseguido de contrabando mis palomitas favoritas y chocolate.
Joseph forzó una sonrisa y le miro a los ojos:
-No se por que te doy ese gusto siempre que jugamos algún juego o vemos una película siempre me preguntas por Lorena.
Lorena era la chica que le gustaba a Joseph y no quería admitirlo, una chica muy guapa de pelo rubio cuasi platino y con rostro de muñeca, era perfecta y llamaba la atención de todos los chicos por su espectacular cuerpo, de esos escotes increíbles.
Julia le miro con pena y el chico lanzó un largo suspiro:
-Dame una hora y voy a ver la película.
Julia sonrió al ver que lo había conseguido:
-No tardes Einstein.
Joseph recogió sus cosas y escucho nuevamente pasos tras de el, tras girarse pensando que era Julia vio que era Míriam la deportista y contrabandista del colegio. Una chica de físico atlético, pelo castaño y siempre recogido. Ella sonrió y miro al chico:
-Mis contactos me dicen que te gusta Lorena, bueno siempre veo tu cara de tonto al verla.
Joseph suspiro:
-Que quieres?
Míriam sonrió y saco de su bolsillo unas braguitas rosas:
-Mira lo que tengo sus braguitas, te las cambio por mis deberes de un mes.
Joseph suspiro:
-Esas braguitas pueden ser tuyas.
Míriam negó con la cabeza y se las guardo:
-Ok tu te lo pierdes tengo otros compradores.
Joseph negó con la cabeza y le miro a los ojos:
-Vale, vale los deberes por eso.
Míriam sonrio:
-Genial me gusta hacer tratos contigo, te las dejo aquí.
Joseph suspiro al quedarse solo cogió las braguitas y las olio, y se avergonzo al acerlo. Miro el reloj y decidió hacer el último experimento. Cogió las braguitas y las sumergió en un tubo de ensayo. A ver lo que le pasaría al día siguiente. Como estarían. Pero paso algo extraño y exploto todo.
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