lunes, 20 de abril de 2020

Fantasias Lesbicas Cap 5 Todo el sexo en una historia

Judith llego a las oficinas después de disfrutar de las vacaciones, fueron tan cortas y parecían que estaban ya tan lejos, la chica de pelo rubio, rostro aniñado y gafas de pasta,media 1,65 y un cuerpecito voluptuoso, perfectos pechos talla 90, un carnoso culo, unas perfectas piernas, una blusa que abierta para que se vieran sus pechos y algo su sujetador oscuro, su culo apretado con la mini falda, había pasado las vacaciones con un grupo de negros de pollas enormes en la piscina y en su habitación, follando sin cesar, cubriendo su rostro de litros de semen.  

Saciada de sexo había vuelto de sus vacaciones, estaba de esa parte muy tranquila, por los meses se le calentaría la entre pierna, hasta llegar a su casa y usar sus consoladores de todos los tamaños y colores, por las malas usaría alguno de sus vecinos para follárselos.

La chica se metió en su despacho y se sentó frente a su ordenador, comenzó a escribir sin cesar los informes que le habían pedido, era aburrido pero era su forma de vida, sin su trabajo no tendría sus desmanes con el sexo.

Levanto su mirada y por las ventanas que daba a la oficina pudo ver a Berta la jovencita conserje de la oficina, una chica de unos 18 años, media lo mismo que ella, tenia el pelo corto y rojizo, un rostro aniñado, con una peca, una sonrisa picara en su rostro de pelirroja. Cuerpo carnoso pequeños pechos, culo carnoso, llevaba puesto unos pantalones tejanos de tirantes, con una camisa rosa.


Judith le miro sonriendo ya que aquella chica le calentaba el coño, le ponía cachonda, no se había acostado con ninguna mujer pero le atraía mucho probar con ella, recordaba en sus tiempos de universidad en una de sus orgías, mientras dos jugadores de fútbol le metían sus pollas por el coño y por su culo, le cogían fuertemente su cuerpo, sudando sin cesar, podía ver a su mejor amiga follando sin cesar con otros dos, ella le hubiera gustado besarla, pero entre tanta polla y musculo, no pudo acercar sus labios a los suyos.

Veía a Berta cogiendo unas bolsas de basura y sus manos por de bajo de su mesa fueron por de bajo de mini falda y comienzo a frotar su coño, estaba fantaseando con ella.

Cuando mas veía a Berta mas se le humedecía las bragas, era una chica jovencita tan atractiva, tan morbosa, tan machorra dentro de su feminidad. La joven conserje se limpio el sudor después de subir unas cajas, se giro y vio a Judith como la miraba tras ese ordenador.

La joven le miro y sintio como aquella mujer le desnudaba con la mirada, esa mirada tras esas gafas, se miro de arriba a bajo y sonrío, entro en el despacho para hablar con ella:

-Hola, me estas mirando, me estas desnudando y follando con la mirada....
Judith trago saliva al ver como la chica entro en su despacho, la chica se levanto de su sillón y cerro su puerta, bajo las persianas y miro a la joven conserje, forzando una sonrisa, le cogió del cuello de la camisa:

-Me he follado a toda clase de hombres, me han metido pollas de todos los tamaños, me han dejado mis orificios lubricados y tan grandes que me pueden caber unos puños, estuve en orgías donde yo era la reina de la fiesta, pollas, pollas, me he comido miles de pollas.....Es verte y ponerme muy cachonda cariño.

Berta sonrío al escuchar a la mujer y le cogió las gafas, se las cerro y las dejo encima de la mesa de despacho:


-Seguro que no has probado una buena lesbiana como yo, pedazo de zorra....

Las dos mujeres se comenzaron a besar sin cesar, las dos se comenzaron a desnudar la una a la otra mientras se desnudaban, sus lenguas no cesaban de jugar entre ellas, tanto que sabían el sabor de sus empastes, Judith se pego contra su mesa y se abrió su blusa mostrando sus generosos pechos tan apretados en ese sujetador oscuro, mientras se lo quitaba Berta se quito los tirantes, se quito la camisa y dejo que cayeran sus tejanos contra el suelo.

La voluptuosa rubia se quito el sujetador haciendo que sus pechos votaran en libertad, mientras que veía que su amante no llevaba bragas y podía ver esas caderas, ese coñito afeitado y ese culo carnoso tan perfecto.

Berta se quito los pantalones y se quedo solo con calcetines blancos, mientras que su amante se quito la mini falda quedándose en braguitas negras, medias y tacones de aguja.

La conserje se puso de rodillas frente a ella y le bajo las bragas, las medias y le quito los zapatos, cogiendo uno y lamiéndolo con lujuria, las dos mujeres se miraron a los ojos con tentación:

-Que puta eres-Dijo Berta.

Berta cogió los tobillos de Judith tiro con fuerza de ellos e hizo que la voluptuosa rubia cayera contra la mesa, ella hizo que apoya sus piernas en sus hombros y comenzó a comerle el coño, la lengua bailaba sin cesar con el clítoris en un baile perfecto.

La rubia se mordía el labio con mucho placer al sentir como esa lesbiana le comía el coño, como se notaba su experiencia en eso de comer coños con su lengua, se ponía bizca de placer.

Judith se levanto y abrazo con fuerza a Berta, le cogió con fuerza esos carnosos glúteos y le comienzo a besar sin cesar, estaba saboreando esa boca que le había comido el coño, se fueron tirando al suelo y la oficinista comenzó a bajar lentamente por su cuerpo con su lengua, lamiendo esos pechos, ese ombligo y comenzó a comerle el coño a la pelirroja, la conserje negó con la cabeza ya que estaba gozando, para ser primeriza lo hacia tan bien.

Berta levanto un poco su cabecita para ver a su amante y sonrió:

-Coge mi pierna para frotarte con ella y que mi coño se frote contigo, unas tijeras.

La oficinista sintio y cogió con fuerza el carnoso muslo de su amante pelirroja y se froto con ella, sus coños se frotaban entre ellos, se morían de placer, intentaban que sus gemidos no se escucharan fuera del despacho.

Berta se sentó en el sillón y Judith se sentó encima de ella, la pelirroja le lamió el cuello, mientras que le comenzaba a masturbar sin cesar, la oficinista disfrutaba de los dedos de aquella mujer, de aquella lesbiana, la pelirroja siguió masturbando a su amante hasta que sus dedos se volvieron pringosos. Hasta que el sudor corrió por su cuerpo.

La pelirroja se tumbo encima de la mesa y Judith comenzó a lamerle el coño, era primeriza en aquello, pero su lengua fue buscando su clítoris y comenzó a lamerlo sin cesar, hasta que Berta de toco los pechos, cogía la cabeza de sus amante, disfrutaba de esa lamida de coño:
-Muy bien puta oficinista.....

Tras ese polvo Judith se encendió un cigarrillo y le dio otro a su amante, Berta se encendió otro cigarrillo y las dos mujeres desnudas se miraron a los ojos:

-Me has sorprendió-dijo Berta.

-Si te sientas te contare mis aventuras sexuales y como me metieron dos pollas por mi coño, doble anal y doble vaginal....

Berta asintió con la cabeza:

-Genial, puedes venirte esta noche una fiesta de lesbianas conmigo, lo pasaremos bien. 

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