La
chica asiática sonrió y cerro los ojos lentamente, nuevamente se
desconecto del servidor, Oscar Solórzano se despertó en su
apartamento, frente a su ordenador, estaba agotado tras aquella
aventura, respiro con calma al mirar a su alrededor, había sido
bastante potente aquella situación que había tenido, respiro con
calma y se levanto para ir a la cocina para coger una cerveza, estaba
asombrado como era una chica asiática con los cascos tan sueltos, el
era un chico algo tímido, pero siendo ella era una fiera y eso lo
descubrió al segundo día de conectarse.
Siguió
sintiendo lo mismo, ya no pesaba tanto su pecho, no tenia esas dos
sandias, esas tetas enormes que daban tanto gusto tocarse, ni
siquiera esas caderas tan carnosa, como esos glúteos, era tan
extraño no ser ella no tener aquello. Abrió la nevera y cogió la
cerveza, le dio un largo trago.
-Es
tan extraño ser un chico normal, maldita sea...Ese juego me esta
comiendo la cabeza.
Hitomi Tanaka es Oscar Solorzano |
Se
termino la cerveza y suspiro ¿Donde estarían esas dos chicas
asiáticas que conoció? El chico se quedo pensativo pero no se dio
cuenta de una pequeña cosa, es que estaba perdiendo altura, había
encogido cinco centímetros, sin darse cuenta.
El
chico se pego una larga ducha y saco de su armario la ropa de su
trabajo, para irse a la fabrica en Japón, al ponerse el mono de
trabajo se dio cuenta que le iba bastante grande, eso le extraño
bastante:
-Normalmente
pierdo demasiado peso y la ropa me queda grande de ancho, pero que me
quede grande de alto, es una locura ¿Pero que coño?
Cogio
su fiambrera y salio de su apartamento, era un par de horas en tren y
solo esperaba encontrarse con ellas en la ida o la venida del
trabajo, solo quería hablar con ellas y que supieran que quería
conectarse con ellas.
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