Parecía que no
dejaría de llover nunca, parecía que era el final del mundo por la forma de
llover, parecía que no tendría fin y parecía que el agua que corría por las
calles podría hasta arrastras mas que un coche, María y Tomas junto a su hijo
Ari estaban esperando que pasara lo peor, solo esperando que no se fuera la luz
y tuvieran que hablar de sus cosas. había muchas preguntas incomodas entre los
padres y su hijo que era mucho mejor no preguntar.
Hasta que sonó el timbre de la puerta, María miro a su
marido y a su hijo sorprendida ya que era increíble que alguien hubiera llegado
hasta allí con esa lluvia, la mujer trago saliva y fue abrir. Cuando su mano
toco el pomo de la puerta Tomas se adelanto y abrió la puerta, fuera lo que
fuera seria mejor que el hombre de la casa se enfrentara a lo que sea.
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