lunes, 7 de marzo de 2022

Hadas Mágicas Cap 8 Tenéis un cigarrillo??

-Ella decidirá lo que tenemos que hacer, como devolverte tu cuerpo......

Al entrar en el despacho y vimos de espaldas a una mujer de piel morena, cuerpo exuberante y mas altas que ninguna de nosotras, como nosotras estaba desnuda. Al girarse se puso bien las gafas e hizo un gesto para que mi cuerpo se impactara contra la silla, mis piernas apoyadas sobre los brazos de la silla, por que unos consoladores comenzaron a penetrarme el ano, una mano femenina saliendo por debajo de la silla frotándome el coño, podría gritar pero otras manos femeninas me tapaban la boca.

-Hola Blanca, no sabes que no puedes traer tu mascota de magia aquí??

Blanca me miro como me penetraban, me cogían tantas manos y se quedo perpleja:

-Ella es mi ahijado ¿Mascota de magia?

Apoyada en la silla, con mis pechitos apoyados en el respaldo, mis rodillas clavadas contra el cogin de la silla, unas enormes pollas metiéndose por mi culo, por mi coño, pellizcándome los pezones y cerrándome la boca para que no gritara. La directora miro a Blanca quitándose las gafas:

-¿Espera Blanca entonces quien es ella?

Mi hada suspiro mirando como la silla mágica me violaba:

-Ella es mi ahijado pero no se como devolverle su cuerpo masculino.

La directora trago saliva asustada:

-Madre miá, que nadie se entere de esta fallo, si no quieres que cierren la escuela de Hadas, escuchame la usaras como Mascota de magia, desde hace unos años usamos mascotas mágicas, siempre mujeres para practicar nuestros trucos, ella lo sera hasta que lo cures......

Mi hada me miro y ya estaba agotada, con las piernas abiertas chorreando jugos vaginales por mis piernas, forzando una sonrisa:

-¿Tenéis un cigarrillo?

Salimos del despacho de la directora y mire a mi alrededor, solo viendo mujeres exuberantes totalmente desnudas con sus alitas de hada, me acerque a la barandilla de las escaleras viendo esas cientas de mujeres mostrandome sus carnosos cuerpos. Mi hada se acerco a mi y lanzo un largo suspiro, negó con la cabeza acariciándome el lago pelo oscuro, tan sedoso y suave, me pego la cabecita contra sus enormes pechos:

-Ains que pensaras de Blanca tu Hada Madrina, pobre ahijado...

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