miércoles, 25 de marzo de 2020

Las fabulosas chicas futanari Cap 1 Por un par de razones


Dian se quedó con la boca abierta al ver todo aquello, la chica de pelo rojizo, bastante rizado, rostro pecoso, cuerpo delgaducho y bastante alta, observaba como su casa se llenaba de gente, alguien había informado a todo el instituto que había una fiesta en su casa, el mismo fin de semana que su madre estaba fuera. Ella estaba asustada, no era popular y le costaría limpiar todo aquello. Se giró y miro a Meli su mejor amiga, de pelo castaño claro y bastante corto, cuerpo delgaducho, algo más baja que su amiga, ella estaba disfrutando con todo aquello, ella lo había organizado todo:
-¿Por qué Meli?
-No querías ser popular, pues lo seremos, ya sabes que no quiero ensuciar mi casa, la tuya es perfecta....
Dian suspiro y vieron como una de las chicas se acercaba a ellas con un vaso de cerveza entre las manos, las chicas las miraron y se rieron:
-Gracias lesbianas..
Dian suspiro y miro Meli:
-Esto llamas popularidad nos siguen tratando como si fuéramos lesbianas....
-Cariño espera dentro de unas horas y veras..
Las chicas se llenaron sus vasos de cerveza y comenzaron a dar una vuelta por la fiesta, la casa estaba hasta los topes, las dos chicas en vez de sentirse más cercanas a sus amigas se sentían, más alejadas de todas. Dian negó con la cabeza y vio en la puerta de su casa un paquete, fue a cogerlo y su amiga se quedó pensativa al ver ese paquete.
-Meli ¿Qué puede ser?
-Y yo que sé qué clase de droga os tomáis en esta casa.
Dian y Meli fueron hacia el despacho de su madre, cogieron el abre cartas y sin pensarlo dos veces la anfitriona de la fiesta lo abrió. Las dos chicas se quedaron asombradas al ver lo que había dentro, era una extraña maquina con una forma fálica, con dos redondas que podrían darle la forma de una polla y eso sus pelotas, que tenían muchos botones.
-Tía ¿Esto qué es?
Dian le miro extrañada y toco uno de los botones y de esa máquina comenzó a salir un extraño gas, que se metió en sus cuerpos, las chicas no dejaron de toser agobiadas. Meli miro a su amiga a los ojos mientras dejaba de toser:
-Joder tía.
Su amiga se apoyó contra la pared bastante mareada y le miro a los ojos:
-Dian creo que me iré a casa no me encuentro nada bien....
-Yo estoy bastante mareada, creo que para mí la fiesta se terminó.
Al decir eso Dian se derrumbó y se quedó dormida en el suelo del despacho de su madre, Meli negó con la cabeza y salió de allí, se fue a su casa y al abrir la puerta de desmayo en el recibidor, fuera lo que fuera les había hecho algo en sus cuerpos.
Dian se despertó poco a poco y vio que ya nadie estaba en su casa, todo estaba por medio, latas, comida, era un pequeño desastre, la chica se levantó poco a poco y se sintió extraña, se tocó su entre pierna le dolía bastante. Se abrió los pantalones para saber lo que estaba pasando. Pudo ver que estaba creciendo algo en sus bragas, ella se asustó y se las bajo.
Pudo ver como entre sus piernas, donde tenía su coño nacía una gran polla, algo tan duro, algo tan grande como su entre brazo. Ella lo miro asustada ya que no podía creer que le hubiera crecido una polla, era una chica y eso era imposible. La miro con miedo y la comenzó a tocar, era extraño el tacto ya que nunca había tocado una. Sentía como latía en su mano, como estaba tan dura y caliente. Con miedo comenzó a bajar las pieles y subirla, se estaba masturbando y estaba sintiendo un extraño placer, no quería seguir, pero le estaba gustando. Se mordió el labio con mucho placer y al final se terminó corriendo. Una larga corrida que le dejo la mano llena de semen.
Meli se levantó poco a poco y se fue hacia su habitación, se sentía rara, algo estaba pasando en su cuerpo, se tumbó en su cama y comenzó a sentir algo entre sus piernas, se quitó el cinturón y se desabrocho los botones de su pantalón, pudo ver como una gran polla se alzaba tan dura y tan grande, ella la toco con miedo, no podía creer que tuviera una polla ya que era una chica. Sentía su calor, sentía como se ponía muy dura entre sus dedos.

Comenzó a masturbarse, a bajar pieles y subir pieles, hasta que se mordió el labio al correrse, sentía un extremo placer. El semen llego a darle en toda la cara y ella escupió lo que se metió en su boca, se levantó y fue llamar a su amiga, andando con dificultad con esa polla tan grande como y muy dura.
Dian se tumbó en el sofá y cogió el teléfono, solo podía ver como esa polla seguía súper dura, no bajaba y tenía ganas de seguir jugando, quería que se masturbara nuevamente, ella quería llamar por teléfono y hablar con su amiga Meli. Tras una larga llamada y antes que se cortara fue cogida y se escuchó la voz de su amiga al otro lado:
-Meli, necesito ayuda....
Meli estaba tumbada en la cama y mientras hablaba con su amiga se estaba masturbando, no paraba de hacerlo, se había corrido unas cinco veces, se mordía el labio por placer que sentía al tocarse ese gran miembro:
-Mmm ¿Problemas? Yo estoy en la gloria....
Dian negó con la cabeza y sintió una gran presión, necesitaba tocarse, necesitaba también masturbarse, comenzó a tocarse y al bajarse la piel vio ese gran capullo. Se masturbo sin cesar mientras hablaba con su amiga:
-Siiiiii, siii Meli tengo una polla necesito verte por favor...
-Tu también, mmm, necesito verte.
Al rato Meli fue a casa de su amiga, se había vestido con un chándal bastante amplio para taparse esa gran polla que le había crecido, con una sudadera con capucha, parecía que fuera a vender drogas. Pico un par de veces a la puerta de su amiga y al abrirse pudo ver el rostro de su amiga Dian.
Al entrar vio a su amiga pegada contra la pared para tapar lo que le había crecido, esa enorme polla.
-Me ha crecido una polla y es enorme...
-Como ami.
Meli se quitó la capucha y se bajó los pantalones poco a poco, su polla se levantó con fuerza, estaba hinchada, estaba muy dura, llena de venas. Dian trago saliva y se giró, tenía la polla atrapada en su pantalón tejano, se notaba el bulto. Su amiga sonrió:
-Vamos quiero verla.
Dian suspiro agobiada, sentía dolor por tener su polla tan apretada, se abrió el pantalón y esa gran polla resurgió poco a poco, sus pollas se pegaron la una contra la otra, como si fueran dos sables. 
Las dos chicas se excitaron bastante cuando sus pollas se tocaron la una a la otra Dian miro a su amiga Meli a los ojos, estaban tan excitadas por aquello al sentir el calor de sus pollas. Las chicas se cogieron las pollas de la una a la otra y se comenzaron a masturbar la una a la otra. Se mordían los labios excitadas. Hasta que sus manos se llenaron de semen, llegando a un largo orgasmo. Las chicas se lamieron los labios y se comenzaron a desnudar, se cogieron de las manos y se fueron al gran salón. Dian se sentó en el sofá y le comenzó a comer la polla Meli, eran precipitantes en aquello del sexo pero aquello le excitaba bastante y les convertían en unas expertas por dejarse llevar por sus cuerpos. Se tumbaron en el sofá en el inmenso sofá que con sus cuerpos reducidos de adolescentes, delgaduchas y de lolitas. Hicieron el 69 comiéndose sus pollas, estaban tan obsesionadas por darse placer la una a la otra, sus cuerpos bañados de sudor.
Meli cogió fuertemente de las caderas a su amiga Dian le comenzó a penetrar analmente, mientras que su amiga se masturbaba sin cesar, sentía doble placer entre la penetración y la masturbación:
-Dian estoy a punto de explotar, te deseo mucho.
-No pares, no pares.…
Las dos chicas se comenzaron a masturbar sin cesar, estaban muertas de placer, se miraban a los ojos mientras que cada una se masturbaba su propia polla, se besaron mientras que se corrían, las dos cayeron contra el sofá agotadas y llenas de sudor. Se miraron los dedos llenos de semen, una a la otra se metieron los dedos en la boca, disfrutaron del sabor salado de su semen. La energía era inagotable ya que fueron las dos al servicio y se metieron en la ducha para seguir follando nuevamente. Dian se apoyo contra la pared mientras que Meli le cogía de la cintura y le penetraba analmente, ella se estuvo masturbando mientras le penetraban analmente.
Meli se corrió en el ano de su amiga y esta se corrió también, haciendo que el semen de las dos se perdiera por el desagüe.
Se pusieron unas toallas para taparse su desnudez y se sentaron en el sofá, apretando Meli y Dian con fuerza sus piernas para no ponerse nuevamente cachondas, se miraron a los ojos sonriendo, era genial estar siempre tan cachondas:
-Por que no vamos a buscar a chicas de nuestro instituto, me quiero follar a todas-Dijo Dian.

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